El público en general sabe de antemano que la calidad de aire interior en muchas ciudades europeas es mala, y definitivamente afecta a nuestra salud y bienestar. Sin embargo, a pesar de que es bien sabido que la población urbana pasa más del 90% del tiempo dentro de un inmueble, poca atención se le ha prestado a la calidad del aire interior comparado con el exterior. Pasamos tiempo trabajando en edificios comerciales, disfrutando de nuestro tiempo en hoteles o centros comerciales, o bien, utilizando los servicios de hospitales y centros de transporte.

Pero, ¿conocemos la calidad del aire en esos lugares? ¿Se encuentra bajo control? Generalmente hablando, la mayoría de la gente asume que la calidad de aire interior es buena, independientemente de la calidad de aire exterior. La experiencia muestra algo completamente diferente.

Innumerables estudios científicos han demostrado que la contaminación interior refleja la polución exterior, más o menos en el mismo grado que la ventilación y la infiltración de aire ocurre, más un número mayor de otros contaminantes adicionados a ese aire interior debido a las actividades, materiales, presencia humana, actividad biológica, etc. Por lo tanto, el aire interior termina siendo peor que el exterior.

Existe gran conocimiento sobre este problema, sin embargo, existe una nula aplicación práctica de la mayoría de esta información en la vida diaria del público en general. Los gerentes de las edificaciones no aplican, de forma general, protocolos rigurosos y programas de mantenimiento con el afán de mejorar la calidad de aire interior en sus instalaciones.

Todo esfuerzo dedicado a controla la calidad de aire interior tendrá indiscutiblemente enormes beneficios sociales en términos de confort y salud de la población, mejorando la productividad y minimizando el ausentismo en las instalaciones comerciales, o bien, disminuyendo las enfermedades nosocomiales en ambientes hospitalarios.

Calidad de Aire Interior en España, Portugal e Iberoamérica

La calidad de aire interior (CAI) es un tema relevante en España. Hace un par de décadas, los medios de comunicación mostraron mucho interés en los episodios del llamado «síndrome del edificio enfermo»; los brotes de Legionella son, desafortunadamente, comunes en España, así como los problemas debidos a la presencia de Aspergillus spp en entornos hospitalarios y, más recientemente, efectos en la salud de Amianto. Todas estas cuestiones crearon una conciencia pública general.

Probablemente debido a dicha conciencia social, desde abril de 2013, la principal regulación legal española que trata los sistemas HVAC estableció la obligatoriedad de realizar inspecciones anuales completas de la calidad del aire interior en edificios equipados con instalaciones acondicionadas con una capacidad superior a 70 kW (calefacción o refrigeración).

La obligación se basa en un conjunto de estándares desarrollados previamente por AENOR a través de un Comité Técnico específico establecido en 2004 que trata la Calidad del Aire Interior (TC171). La mayor parte del esfuerzo en el desarrollo de estos estándares ha sido administrada por FEDECAI (Federación Española de Calidad del Aire Interior).

Portugal ha sido pionero en Europa en la introducción de auditorías periódicas obligatorias de la CAI, en grandes edificios de comercio y servicios, a través de la legislación en 2006, integrado en el Sistema de Certificación Energética de Edificios.

Se han establecido concentraciones máximas de referencia para contaminantes microbiológicos, que son (bacterias, hongos y legionella) y físico-químicos (Partículas suspendidas en el aire – PM10, Dióxido de Carbono – CO2, Monóxido de Carbono – CO, Ozono – O3, Formaldehído – HCHO, Compuestos Orgánicos Volátiles Totales – COV y Radón). Se creó la obligatoriedad de que los sistemas de HVAC fueran proyectados, ejecutados e inspeccionados por técnicos acreditados, pasando a ser obligatoria la existencia de Planes de Mantenimiento Preventivo (PMP), con fiscalización de su correcta ejecución.

Con base en esta legislación, se crearon cursos de formación para el reconocimiento de expertos cualificados para la realización de auditorías a la QAI (PQ-QAI), técnicos de calidad del aire interior (TQAI), técnicos de instalación y mantenimiento (TIM) y técnicos responsables del funcionamiento (TRF). Desde entonces, los grandes edificios de comercio y servicios sometidos a auditorías periódicas que no se encuentran reglamentarias, tienen que obligatoriamente someterse a un Plan de acción correctiva a la calidad del aire interior (PAC-CAI).

En 2009, Portugal añadió el requisito para la verificación de las concentraciones máximas de contaminantes dentro de los edificios para gases volcánicos en las Azores debido a la actividad volcánica que allí se observó: el dióxido de azufre (SO2), sulfuro de hidrógeno (H2S) y Ácido hidroclórico (HF).

La implementación exitosa de auditorías de calidad del aire interior en Portugal, fue reconocido y siguió como referencia en algunos países europeos.

Teniendo en cuenta la experiencia adquirida, Portugal revisó su legislación en 2013, después de haber tomado la obligación de verificar las concentraciones de ozono (O3) y se añadió el requisito para la verificación de las partículas suspendidas en las concentraciones de aire (PM 2.5).

En 2015 se creó la «Metodología de evaluación de la calidad del aire interior en grandes edificios de comercio y servicios en el marco de la Ordenanza 353-A / 2013, QAI_1.0» (“Metodologia de avaliação da qualidade do ar interior em grandes edifícios de comércio e serviços no âmbito da Portaria 353-A/2013, QAI_1.0”), que revisó la «Metodología para auditorías periódicas de la CAI en grandes edificios de edificios servicios existentes en el marco del RSECE (NOTA TÉCNICA NT-SCE-02) » (“Metodologia para auditorias periódicas de QAI em grandes edifícios de serviços existentes no âmbito do RSECE (NOTA TÉCNICA NT-SCE-02)”), creada para la legislación de 2006.

Otros países de América del Sur, como Brasil, también cuentan con la obligación de analizar periódicamente la CAI en sus edificios, y Colombia, probablemente Chile y otros como México, pronto seguirán este camino.

Representantes de esos países han participado activamente en el desarrollo de la norma. FEDECAI en conjunto con ATECYR (Asociación Española de HVAC) llegó a un acuerdo con FAIAR (Federación Iberoamericana de HVAC) para desarrollar algunas Normas Iberoamericanas armonizadas destinadas a servir como un modelo que podría ser utilizado por todos los países en el desarrollo de sus propios estándares y también se puede utilizar para capacitar a profesionales especializados en Calidad del Aire Interior, pudiendo realizar inspecciones CAI y aplicar soluciones a los posibles problemas que se puedan encontrar.

Consideraciones generales

En las últimas décadas, la sostenibilidad de los edificios se está convirtiendo en un requisito previo, no se construye ninguna estructura nueva sin tener en cuenta el uso de energía y el impacto ambiental en el exterior, sin embargo, el ahorro de energía y el impacto ambiental deben equilibrarse con la necesidad de una entrega adecuada de CAI. El flujo de trabajo general del proceso se describe en la Figura 1. El primer paso es identificar todos los aspectos relevantes que pueden afectar la calidad del aire interior en el edificio; la norma incluye una lista de algunos aspectos que normalmente deben considerarse en la mayoría de los edificios:

  • • Ubicación del edificio
  • • Usos y actividades
  • • Materiales de construcción y decoración
  • • Construcción de instalaciones CAI––HVAC–Agua––Instalaciones sanitarias–Tanques de combustible–– Ascensores y escaleras mecánicas
  • • Áreas del parque
  • • Almacenes y salas especiales
  • • Mantenimiento del edificio
  • • Remodelación del edificio
  • • Emergencia (daños por agua y fuego)
  • • Quejas de usuarios, datos epidemiológicos, etc.

El objetivo del inventario y la evaluación posterior es identificar todos los posibles efectos adversos de CAI que pueden surgir de diferentes fuentes, se evalúa cada aspecto, teniendo en cuenta el nivel de daño que puede presentar una situación (las consecuencias) y la probabilidad de que ocurra dicho evento. Por ejemplo, un aspecto típico de CAI es el garaje, un edificio que tiene un garaje subterráneo indica un riesgo potencial grave, pero la probabilidad de que los escapes de combustible de los vehículos ingresen al edificio es baja si el garaje está debidamente separado (puertas de doble acceso) y está equipado con ventiladores de escape bien mantenidos conectados a sensores de CO, o podría ser alta si se trata de un edificio antiguo con escaleras mecánicas directas conectadas a dicho garaje.

Inspecciones de calidad del aire interior

La norma de inspección establece un conjunto mínimo de parámetros que se consideran indicadores generales de la calidad del aire interior de cualquier edificio:

  • • Inspección de la higiene del sistema HVAC (incluida la prueba de conductos: microorganismos de superficie, análisis gravimétrico de polvo sedimentado)
  • • Dióxido de carbono y monóxido de carbono
  • • Temperatura y humedad relativa
  • • Concentración de partículas y conteo
  • • Hongos y bacterias en el aire
  • • El dióxido de carbono se utiliza como un indicador de la calidad de la ventilación

La lectura de partículas es un buen indicador de la calidad de los sistemas de filtración, la concentración es un problema para la salud y el conteo de partículas se utiliza como referencia para interiores y exteriores. Los seres humanos son una fuente de bacterias en el aire, por lo que la concentración en el aire en interiores es mayor que en el exterior, esto es un buen indicador de la higiene general del edificio y también un indicador complementario de la calidad de la ventilación. Los hongos se extraen principalmente del edificio desde el exterior y es un buen indicador de la higiene de la climatización y la calidad del sistema de filtración.

Estos parámetros se deben verificar anualmente de acuerdo con la norma, pero aparte de este mínimo, se deben analizar otros parámetros complementarios si se han identificado fuentes relevantes:

  • • Formaldehído
  • • Ozono
  • • Compuestos orgánicos volátiles
  • • Fibras en el aire (amianto, fibra de vidrio, etc.)
  • • Óxido de nitrógeno

La norma de inspección también establece el número de puntos de muestreo que se tomarán como resultado de la fórmula:

Donde, P = Nº puntos de muestreo y A = Área en estudio.

Los inspectores deben estar calificados al realizar un curso de capacitación específico de CAI que incluya al menos el siguiente contenido:

  • • Sistemas de ventilación y aire acondicionado.
  • • Contaminantes químicos en ambientes interiores
  • • Contaminantes microbiológicos en ambientes interiores
  • • Factores físicos en ambientes interiores
  • • Evaluación
  • • Métodos de control de calidad ambiental interior

El propósito de la inspección es lograr suficiente información para poder declarar la conformidad del edificio como un todo. Eso significa que no es tan importante encontrar lecturas altas de un contaminante específico en un solo punto; se aplican algunos análisis estadísticos básicos. El edificio se declarará conforme si el 75% de las lecturas están por debajo de los valores de umbral de comodidad, sin embargo, la norma especifica que debe identificarse la causa de las no conformidades y se deben implementar acciones correctivas.

Conclusión: la implementación de programas de control de CAI en edificios puede suponer un gran avance en la calidad del aire interior. Los administradores de edificios deben asegurarse de que sean amigables con el medio ambiente, usen la energía de manera eficiente y proporcionen un ambiente interior saludable y cómodo, lo cual es un beneficio para la sociedad no sólo en términos de mejor calidad de vida, sino también como una buena inversión económica.